EL NOMBRE O EL CUERPO
TRAER COLACION
(traducción de Martha L. Canfield, Norte y Sur 2006)
ISBN 84-934184-7-1
www.edalibros.com
El vacío es una tela pintada de palabras. Las palabras tiñen el vacío y, como en una seda imprimen colores y figuras elegantes y así cubriéndolo, se van fijando poco a poco, hasta quedar ellas solas indelebles.
Yukio Mishima
Por el hecho mismo de que se habla, cada cosa no es lo que es. El símbolo es el asesino de la cosa.
Jacques Lacan
La palabra para mí
venía desde lejos.
Casi una prioridad
la sentía yo. Un excitante.
En un proceso de
algún modo inverso.
Al traerle a colación
una realidad en cambio
que más la tocas o la aferras
y más rehuye inconsistente
a los cinco sentidos.
Con el resultado de ser
lanzada contra un cuerpo
pronunciado y, al
decirlo, de golpe
retomado.
Malaria
Qué es más apreciable, ¿el nombre o el cuerpo?
Lao-tzû
El grado más alto de la presencia es la ausencia.
Walter Benjamin
"Demasiado cómodo
hacer lo que a uno le gusta
o lo que quiere".
El envase de lata
es redondo y rueda,
una parte sobre la otra.
Se puede oler, vacío,
y lamerlo, quando
el regaliz se ha terminado.
manzana naranja ciruela manzana naranja ciruela
... de dónde surgen
los sueños,
ropaje y adornos
para el monstruo, o la locura:
mezclados, rompecabezas
con las piezas fuera de lugar,
como pájaros de colores
o murciélagos
de pronto despegados
del árbol de tinta azul.
"Debe ser un acuerdo
entre mayores,
por despecho o por celos".
En la torre del castillo
inexpugnable, segura
desde donde todo lo demás
se controla. Un reino
pequeño pero seguro, al menos
durante el tiempo en que
la puerta está cerrada con llave.
(Escruta, subido
al borde de la bañera
en equilibrio, desnudo,
indaga en el espejo
la forma o bien una razón
de todo ese deseo.)
pesa el paso y apoya despacio lanza la piedra con la mano quieta ahora y vete lejos
"Mi madre dice que
me puedo quitar todo".
"La mía, apenas los
pantalones y la camisa".
(Verse, ser
visto. Ponerlo al desnudo.
Sostenerlo, si fuera
necesario. Pero le parece
que pudiera haber
alguna cosa más...)
Rojo. De fiebre, de
sangre. Dentro del fuego.
De uñas y de labios.
De gente sin religión.
De capas, de banderas.
En el sumergible, "YO",
en ruta por los mares.
"Todos bajo cubierta,
cerrar las escotillas.
Inmersión rápida".
El espacio circunscripto
la bolsa de los olores
la sombra de la cama.
"... corazón, comedor, nido
gnomo, carga, techo".
Todavía. Exacta
y seca la perorata
palabra por palabra.
Espejo, retrato
analogía, prueba
que abajo está, la cosa:
lo que siempre será
y ha sido siempre,
no en todas partes
o como sea. Dictado.
... en el Libro de los
Libros Famosos,
en la enciclopedia.
"... tiene los colores
del fuego, de la nieve
y del césped".
"Vamos, paga el precio.
Decir, hacer, besar,
carta o testamento?".
(No es que renuncie
antes, reincidiendo lo
encuentra más hermoso.
Pero le cabe la duda
que si resulta magro
será por eso mismo.)
"Cuanto más rápido vayas,
verás que más te gusta".
... que una palabra
tenga un sexo y una
persona (masculina si
termina en a!). Pero
incomprensible aun más
el estado de falta
de ausencia, en fin
el aspecto negado
en un concepto ni siquiera
rechazado, inconcebible,
de la nada y el estupor
al pronunciarlo.
"La suya, ¿dónde está?
¿De qué está hecha?".
(A él el gusto, únicamente,
de ser detenido. Y
la idea de que es
injusto e inconveniente
y no tanto por ella
en el fondo, si no lo tiene.)
"Ya aprenderás, cuando
seas más grande".
En secreto visto y dicho
a puertas cerradas, en sombras
los susurros, inciertos
los márgenes, pero exactos
los indicios de señales
recogidos, arrancados
con gran prisa
a sílabas, por miedo
de ser descubiertos
antes de descubrir
centímetros cuadrados
de anfractuosidades, de pelusa.
una rana negra y rara en la arena rodó tarde
Miedo de que se rompa un vidrio
de que la sal se derrame
de que el agua hirviendo se desborde
de que una gitana entre en la casa
de que se caiga el frasco del aceite
de que se arruine la salud.
Miedo de quedarse a oscuras
de encontrar en casa a un asesino
de sacarse un ojo en una punta
de no ser promovido
de caer en un barranco
de terminar dentro de un lago
de ahogarse, de ser aplastado.
"... lo has dicho.
Sí, que lo has pensado.
Que no se haya dado
no importa ya".
"¿De acuerdo, entonces?
Vamos, hablemos mal".
"Tenemos que decir
solo palabrotas".
Dichos y mirados
en el diccionario.
Admitidos, por tanto, o
no completamente ignorados.
Y los demás, sinónimos
más amorfos y grises,
al menos registrados.
"Se ponen así,
uno encima de otro".
(Acostado, en la cama,
para el enésimo ensayo
general con la almohada.
Afiebrado y jadeante
besándola, abrazado.)
Contra el espejo
respecto de otro,
pequeño, bajando y
subiendo, para controlar
cuál es el efecto
de una visual distinta.
"No debes andar
con ciertos bandidos".
Que sea justo
ésa la trampa,
para tentarte
y hacerte caer en ella
y, preso en la red,
condenado eternamente
entre gritos y gemidos
en el lago, en el pozo
en medio del fuego.
"Lo que se ha confesado
es perdonado. Y que quede
libre si es absuelto".
(Lo atormenta, de
pronto, la incómoda idea
de no corresponder en nada
al modelo de pureza
al que lo han acostumbrado.)
... que se le escape
una maldición
sin querer, que
se le forme en la cabeza
como un disparo
no controlado.
Pero, sí, quien estuvo
los siete primeros viernes
de cada mes, con letanías
y rezos cada noche,
sea lo que sea lo que ha hecho
y lo que sigue haciendo
seguramente se ha salvado.
"Mientras tanto, en todo sitio
Dios te ve".
(Apunta hacia allá, sin
saberlo. Lo atrae
instintivamente, mientras
su mano es absorbida
en esa convexidad
sin apoyadero.)
"Se lo digo a tu madre
que me tocas".
... que ocurra y
no importa cómo,
que finalmente
se anule toda reserva
y, cueste lo que cueste,
que venga lo que sigue.
A pesar de la impresión
acaso de disgusto,
incluso en la sangre
el hedor y el sudor.
"A ella también le gusta,
no te creas".
Para consumir de prisa
en lo oscuro, en el encierro
del cuarto,
sin que se vea o
que se oiga, escondido
solapado, en perjuicio
de alguien, como ofensa
riesgo y, es más, vergüenza
violando, lo mejor
que se pueda, la entrega.
... y es, resulta
inconsistente,
por más que se diga
se ordene y se pida,
contra ese modo de estar
quieto y sordo, eso
sí imperativo y urgente,
de su nombre.
De nuevo repetido
para sí o en alta voz
vuelto a escribir en largas
filas en los cuadernos,
en grande o en pequeño
manuscrito o letra de imprenta
en alfabeto griego
con la grafía más antigua
dibujado, incluso
cincelado. Siempre el mismo.
"A la que tú realmente quieres
no se lo haces".
Que sea maldita, sí,
e impura y asquerosa
perdida... mas destinada
a apagar una sed
apetitosa, justamente
por esta cosa,
dolorosamente deseada.
(El sueño suyo es de
perderse, de caer entre
las manos de una mujer
sin escrúpulos.)
"Se dejan hacer
todo lo que quieras".
Para deletrear, unido
a otro, empujando
sus bordes, con la voz
casi apagada, entrecortada
debajo de los dientes como
debajo de la falda,
el bufido desesperado
de... ramera.
Fue gloria de veras?
La forma de la casa es el itinerario de un destino. Bunker, fortaleza, laberinto decoroso: las tipologías, juntas, de la guerra y de la corte. Carceleros y encarcelados
espían el mundo, a través de las troneras, y se lo representan en el sueño.
Anónimo
La única verdad que la gente acepta es la que se presenta ya digerida y manipulada, reducida y decorada.
Hermann Hesse
"Pero cómo, vamos... No
dan nada de nada".
"... por hoy también
hemos terminado.
Buenas noches".
Sí, el esplendor cromático
del video,
el dulce estar a la ventura
tomando, sorbiendo, degustando
los tiernos postres.
Apropiándose de la vida
ya aderezada,
así, premasticada y digerida.
Para entregarse al juego
de las poses, al neutro movimiento
patinado
en donde
nada más existe realmente,
en una lejanía
que entretiene
sino solo por ese poco
que uno pudiera ser rozado.
La misma fantasía predispuesta,
fuera de sí, incubada
se hipnotiza, se disuelve.
Más no detiene
el agua
es un chorro que se expande
que ahoga, que se traga.
"A tu edad, yo no
tenía tiempo
de aburrirme".
La sala es
en estilo inglés.
Flecos y moños
por todos lados. Tiestos
en los estantes, grabados
de flores y castillos.
(De sí mismo prefiere
las manos.
Le gusta mirarlas,
fingiendo estar de frente.
Gráciles y lánguidas
casi femeninas.)
"Con todos tus
proyectos raros...
Anuda esos hilos sueltos
de lo que tú quisieras hacer".
Justo en la otra orilla
a nivel del agua
surge y no surge
parece y no parece.
Dejándonos la duda
que exista de verdad
o que sea un engaño
un pretexto, una coartada
el resto de una
historia no empezada
el centro putrefacto
de un aborto.
"Que diga lo que diga,
nunca tengo razón...".
(Será por su carácter
escéptico impaciente,
por la pereza o por la ligereza
por una astucia reductiva
acaso por capricho,
sin duda aspectos nobles, signos
de apertura contemplativa,
pero pudiendo se substrae
al uso de palabras,
al borde de los pensamientos
tras el halo y el humo
que ellas dejan.)
"... lo mataron en
la calle, delante de su casa,
dos jóvenes que huyeron
arriba de un vehículo".
"Pero mira tú, qué
cosa. Qué cobardes".
"Todos los días hay algo.
Pásame los platos".
"A ver. ¿Quién es?
No está. No ha regresado".
(Es cierto que impresiona...
pero mientras almuerza,
si no hay muertos
catástrofes, desastres,
y bueno, sí, lo admite,
a él no le disgusta.)
"Ese dinero, entonces.
¿Pediste? ¿Te lo dan?".
La mesa ocupa
todo el comedor:
apenas queda sitio
para las sillas.
Y hay también un carrito
con el televisor.
"Si te enojas, ves,
es sólo culpa tuya".
(Se da cuenta contento
que es aún y que será
lo mismo que era,
siempre igual: un niño
que patalea
y grita: "Así no vale!".)
"A lo mejor, tú crees.
Pero luego... uno se arrepiente".
Los golpes secos,
el sonido que llega
del despertador
a regular el rito
de la limpieza, en el encierro
ordenado con las puertas
en lo oscuro, en lo privado.
Figúrese. A ver.
Al contrario... No, me lo dieron.
No me molesta para nada".
El gusto del estallido,
ceder o abandonarse
luego de soportar,
la fuga de sí mismo casi.
La técnica sutil
el arte, inclusive,
del estornudo...
(A él, los niños
un poco lo disgustan.
Los piensa siempre
sucios y malolientes,
pequeños monstruos
que tocan y que arruinan.)
"Es difícil, oye. Pero
¿lo quieres entender?".
... con el eco que,
reuniéndolos, los llama
al escenario.
Figuras en lo opaco,
fantasmas desinflados
con mantas y pantuflas
y bolsas de agua tibia.
"Delincuentes. Como para
encerrarlos para siempre
o matarlos".
(Ya mató a tantos
en su mente.
Gritó: "Cerdo,
te lo mereces".
Es el asesino, se
vanagloria, verdugo
de sus enemigos.
Sin que se pierda
nada de la estima
que reserva
para su propia vida.)
"... mas sin exagerar.
Para no quedar quemado".
El dormitorio es
en estilo chippendale,
con su cómoda
y sus butacones.
Tiene un tocador
y un gran armario.
"¿Qué se te ocurre?
Dilo, por favor".
De alegres bosques, aquí
sólo la sombra, de setos vivos
el signo, en las paredes.
En el espacio circunscrito
presos
adentro, en la negra quebrada.
Rendida
henchida enormidad
que envuelve y amasa
túrgida pulpa,
crema
pastaflora que emite cálida acritud,
humores debajo del nudo en la garganta
gorgoteando. Lo lleno
que se vacía. Angarilla
lámpara
que cuelga y que consiste
que cede y en sí retira.
Cubo de crema esponjosa
blando pulpo
catarata.
(Será que de pequeño
soñaba culos, vientres
y senos dilatados,
y era muy hábil dibujándolos
y lo buscaban por esto.
Para él valían solos,
sin el resto del cuerpo
o la cabeza.)
... los lados, las casillas,
en el reino, en el plan
de la jaula, del juego de ajedrez.
Hierve el encanto
de un hilo suspendido,
en la cima del nido
de la corte. Para la cura
de siervas y de putas.
"Así, quédate quieta.
Es un instante solo".
"Déjeme ya. ¿Qué hace?
Mire que grito".
"Debieras de agradecerme
todo lo que te enseño".
"Dios mío. Pero qué pasa,
se oye a la señora...".
El baño es angosto,
con un espejo
y un armarito
y el lavamanos encima del bidet.
Y entre la bañera y
la ventana, la lavadora
y un mueble de zapatos.
"No pienses más. Trata
de hacer más bien. Así te queda
siempre algo a lo cual
te puedas aferrar".
(Pero le parece que
las mujeres gustan de ellos
si son bellacos,
y sólo por ellos
pierden la cabeza.
Que los demás, listos,
ni aun a la señal,
para las intenciones
cuentan no más
como soluciones.)
"Ábrete con nosotros.
¿Qué te falta? Deja
que te aconsejen
tus allegados".
... sí, de esos relámpagos
lívidos, que se propagan
como capilares
en la blanca piel.
La cristalera
y la estantería de madera
falsa, en la angosta
cocina. El fregadero
debajo de la ventana
y el frigidaire que ocupa
un tercio de la puerta.
"El tiempo pasa de prisa.
Y todo... Pronto. Envejece...".
La tajada de melón
casi se deshace:
es densa, madura
en su punto justo.
Deja que resbale
por la lengua,
pensándote entre tanto
con toda crueldad
en el lugar de mando.
(Aprecia una idea de sí,
vive de ella
y de sus invenciones.
De sus fantasmas,
de su gloria.)
"Para ti, lo sé,
no cuenta, no ha sido.
Con todo lo que trabajamos,
tu padre y yo".
(Reservado y algo introvertido
irreprochable, al verlo,
obediente a toda autoridad.
Él que responde serio:
"Figúrese, por favor".
Elegante, sí, y amable
muy discreto siempre
acogido en todas partes con favor.
Será así, pero... lejos
fuera de la escena, se siente él,
ni siquiera en acecho,
y más a la defensiva, casi
completamente ausente.)
Por amor o por fuerza
"El primer amor, sí, puede ser el último, señora Napier. "Te equivocas. No, querida, no es así".
Ivy Compton Burnett
Sólo el tirano habla de amor.
Norman O Brown
"Llegaste por fin.
¿Qué pasó? ¿Dónde estuviste?"
(Y de nada sirve
estar en tanto oficio.
No se llena el vacío
con un gesto, y apenas
puede hacerlo o solo
fruncir de sombras
el proscenio, el nombre
de la ausencia: el objeto,
entre tanto, fue delirio.)
"Es inútil, por qué
no quieres entender.
"Sólo el de una madre
no puede tener fin".
Uno se siente, de pronto,
así, fuera de sí".
Quieto, bajo cristal, desnudo
incuba la espera,
seco
hielo cruel del desapego
corteza que guarda tierno
bloque laja que,
mientras,
se raja. Eso
que ya no paraliza.
Gota a gota, pierde
se vuelve reguero
torrente.
Y alrededor, en la extensión
henchida, estalla, se confunde
y de los tajos
de la herida sangrante
se derrama.
En movimiento, de carrera
hasta los bordes lleno
se desborda, incontenible,
vierte.
"Dirá que no es verdad,
que le habrá parecido.
Que estaba equivocado".
"Te has ido de casa.
Qué cambiado estás..."
"¿Y por qué yo?
Porque le gusto, espero".
y no existen
excusas, no hay
cómo arreglarlo.
El cuarto es angosto
y alargado
con las ventanas
bien cerradas.
"Entonces, ¿yo te gusto?
Dímelo de nuevo".
Y aunque incierto persiste
fielmente en su camino.
Tropezando en lo oscuro
entre nieblas y humos,
sin saber nada
del hoy ni del mañana.
Es cosa de llamada,
de gritos y señales
que nos lancemos yendo
como hace un salvavidas.
"¿Y no te cansarás
de mí? Ni aun cuando..."
(No se abandona, no.
Está presente, siempre
y a ambos los incita
a la constante enunciación
de corroboraciones.)
En la pared la lámpara
es bien débil: las sombras
unas de otras
se separan.
"Abrázame. Así,
estréchame fuerte".
A eso que inestable
va pasando, precipita más
allá de la vertiente
y desenclava, rompe los márgenes
confunde y mezcla
en un único magma
indiferente,
a eso que de a poco
o por nada alcanza para sí
para un estado preciso
y un papel de persona
sin tiempo y sin espacio
sin historia
excepto por un paso
un breve vuelo,
se opone el compromiso
indeclinable y único
la certidumbre
de cosa no entendida
ni aprendida.
...sentir que perteneces
a alguien, y que ese
alguien te pertenece
para siempre, solo a ti.
Un deseo de duración
de resistencia, a toda
costa, de oposición
premeditada al vacío.
"Pero por qué, ahora
interesarse por mí...
¿Qué tengo? ¿Cuánto valgo?
¿No encontraría acaso
algo mejor en otro?"
Libros en el suelo,
y pilas de cuadernos
detrás de la cortina
contra la pared.
"Estaremos siempre juntos.
Y nos diremos todo".
Estado de cautiveria:
especie de cinturón
al que se tiende, más o menos,
al que se aspira por temor.
Que se impone, precisamente,
mientras se lo padece.
"Cara, si es en serio.
Si me va a querer siempre.
Cruz, si es sólo un juego
que va a terminar".
... una duda, a
traición,
te golpea.
"Pero sí, lo verás,
me va a dejar.
Es cuestión de tiempo,
cuando al fin se habrá
quitado las ganas".
La biblioteca
ocupa toda la habitación
y contra la ventana
forma una hornacina
medio escondida.
(Le resultan, a él,
mitología. Los estallidos
de un destino que,
continuamente piensa
atemorizado, podía
no tener eco.)
"¿Me tomas el pelo?
Y entonces, ¿cuánto?"
"Tanto, sí. Más aún.
Infinitamente. Hasta la muerte".
En el uso suyo corriente
se mide por horas.
Sin embargo, termina siempre
que se le da un valor
indefinido, de tesoro,
de espacio de años luz...
... todavía
me escondo
detrás del tabique
de luz, fruto
del sueño.
"Tú eres distinto,
único en el mundo".
Demandado
detenido, inaferrable
gozado, declamado
en esa forma suya de ser todo.
"Así no vale.
No te contesto".
"Pero si quisieras
elegir de veras..."
El viejo parquet
del piso
huele a lustrado
y crepita continuamente
en cada movimiento.
"Se oyen por allá...
Espera. Por favor, tengo miedo".
Juntos. Cuidadosamente
estando en el cuerpo, al tacto
despierto, al gusto
violado
por el ojo, por la mano.
Un sentido perdido
retomado,
en lenta caída
de peso, se deja
vez
a vez, se dobla
se devuelve a su vuelo.
En el fondo, en el lazo
recostados
desviados, confundidos
rendidos a la estrecha cintura.
Belleza, sí, lo sé,
sólo tú existes.
(Sin embargo, la borra.
Quisiera que no fuera
la cosa que más
lo atrae de ella.)
"¿Pero qué piensas tú,
realmente de mí?"
(Queda desconcertado
frente a la pretensión
de tener en sí presentes
sus pensamientos.
Teme no ser
correspondido en todo,
que ella descuide
la dedicación más absoluta.)
La estera de cabuya
está entre la silla
y las patas de la mesita,
hasta debajo de los tubos
del radiador.
"¿Qué te pasa?
¿No quieres? ¿Ya no más?"
Ocurre a menudo
por norma o por error
que todo ser vivo
en estado de acontecer
esté condicionado
en sus funciones
por las sensaciones
de dolor o de placer.
"Nada, te digo.
No es que me niegue".
"Pero no contestas...
Ves, te quedas mudo".
"Pero es increíble,
me siento aliviado
acabando de salir
acabando de dejarla".
(Lo acosa el ansia
de estar al lado
del cuerpo amado
pero luego que lo ha visto
y tocado más y más, a
despecho de sí mismo tiene
que reconocerse haíto
y ya con el pensamiento
se desliza
al momento de dejarlo
para estar otra vez
a punto de encontrarlo.)
"Es raro y sin embargo
es cierto el alivio
que siento, por un rato
después de que se ha ido".
...así, abierta
hinchada, amoratada
aunque ya no pierda
tanta sangre,
la llaga.
Humedad exuda
la pared:
toda áspera
de costras
que levantan
los cuadros.
"Vamos, pon tu mano
en la mía".
"Aquí está, prisionera
en el lazo que la apresa".
"Jura que nunca
por otra me dejarás".
El sitio de Constantinopla
Pensáis que pueda esconderos algo, o que mis discípulos... Pero no hay nada que yo no os diga, en verdad.
Confucio
He tenido malos maestros. Ha sido una buena escuela.
Arnfrid Astel
... la hórrida caverna,
llena de oscuridad
de puntadas en los ojos,
de nuestra incertidumbre
sobre los enemigos.
Un horizonte abierto
que no tocas,
del cual te es ajena
la circunferencia y la distancia.
"Más allá de las tierras conocidas
creían que se encontraba
la sede del pueblo
bienaventurado...".
Lo han intentado ya,
con el vino, las peleas
y el amor.
Pero se consumen de inanición:
no abandonan
el límite de la habitación
no cruzan los umbrales,
por desidia por temor
o negligencia.
(... que consiga
expresar en palabras
el estado de espera
o de carencia,
que tenga un resalto
incluso en la ausencia
aquello de lo que se teme, a cada
instante, la inconsistencia.)
Tantos, moviéndose
pero cada uno por su cuenta
hasta la noche
en los mapas en las rutas...
apresurar el paso
hacia lo alto
en la meta, a quien llega
primero a la cima.
Pero desde la cima
hacia abajo
enturbia la vista
una sutil neblina.
De negro raído,
las manos algo lunares
aferradas a su bastón,
el anciano el santo
el pensador maestro
rodeado de la corte
de mudos mayordomos
de prelados que
le harán el contracanto.
(Aquí, se da cuenta,
no ha venido
tanto por la universidad.
Es otra idea, en el fondo,
del espacio y del tiempo,
una inversión
del pasado.
La curiosidad. Algo
que a lo mejor, en breve,
aunque por el momento
lo deje estupefacto,
se va a perder.)
El ingreso resulta un
largo encajonamiento.
La poca luz
le llega desde el patio.
Está cubierta, la pared,
de dibujos: cabezas
del Che y estrellas
de cinco puntas
y, repetido, con pintura
roja y negra:
al centro del poder.
"... de todos conocemos
la evolución.
Solamente el de Nausicaa
sigue incierto.
De ella sabemos, solamente,
que era virgen.
¿Mas durará? El amor o
el azar o la razón de estado...".
Mientras pronuncia
a voz en cuello
las estudiadas fórmulas
de su clase
y levanta el índice
y modula riéndose
desde el lado, presume,
de la razón.
(Miedo de lo que espera
pero no para sí solo,
para ella... que al fin
el choque con la realidad
no cambie o adultere
la unión entre los dos o que,
a lo mejor, le ofrezca de sí
una imagen inferior.
Y, más aún, celos
de que ella se exponga.
Callando, ambiguamente,
la intención
de escoger en su lugar.)
La escalera es amplia y oscura.
De amarillo ocre intenso
de manchas de humedad,
diversamente historiado:
el pueblo en ascenso,
basta de bibliografía,
obreros y estudiantes,
muerte a los avaros
mandarines de la burguesía.
La idea, retomada, de
dar un orden al mundo
de insistir, a la
búsqueda del secreto.
Que sea solamente
cuestión de paciencia.
Pero nos ahorras
una fatiga...
La pretensión
de pedir cuentas
a los libros, a la escritura.
Muros cargados de volúmenes
y polvo y ajustamientos
de la madera,
alrededor.
Voces y pasos, debajo
de la mesa
suspendidos,
rumor de páginas
y codos y botones.
Ruidos a lo lejos
detenidos
expulsados afuera
por barreras de papel.
Flujos, corrientes de energía
de un polo a otro
saltando de las páginas
a los cuerpos inclinados en los descansos.
Vertical
en equilibrio
pescando, de pliegos
elencos contabilidades
de un mundo concentrado
encerrado en una caja
exprimido, destilado.
Todo bloqueado
o en leve movimiento
de algas y peces
en el acuario,
hasta el golpe del libro
al caer de la silla
a causa del estornudo.
... no obstante el esfuerzo
que se hizo, a
cada paso, violando
las razones, desplazando
las posiciones más seguras,
no queda nada.
Está todo cancelado.
Amor que a todo
amante a amar obliga...
Pero no da la idea
no pertenece, no
funciona, si no
como ruido
como sonido puro
que no revela nada más
y da placer
al pronunciarlo en sí
al triturarlo
entre los labios.
Y... la memoria
cede, viene a faltar.
(Le sucede, ya le ha
sucedido, que se cree
o tan solo que espera
ser un escritor.
Es cuidadoso y rígido
en esta exploración:
se ausculta y, mientras
espera, teme. Sí,
tiene miedo del diagnóstico.)
"... que sea un error, entonces,
y se equivoque al considerarla
la única expresión".
Es un certificarse
aquí, como en cualquier
otro lugar, por encima
de los detalles.
La sala es estrecha
y tiembla cada vez
que tiran la puerta.
Es un corredor
dividido en cuartos,
con las ventanas
hasta el piso.
"... de estos
jeques de reinos menores
con sus harenes
escribas y pretorianos".
... asediada al fin
por todas partes,
reducida a pocas millas.
Fue atropellada
desde mar y desde tierra
por hordas innumerables
por una flotilla...
No era el corredor,
el cuello de botella
de las Termópilas.
Manos que estrechan
una garganta lívida
en vano palpitante.
En los ojos, por un lado,
torres y cúpulas doradas
más allá de los muros.
Por otro...
Nada de recuerdos,
no, sin palabras
frente al miedo.
La caída. El sitio
de Constantinopla.
La idea, por momentos,
de que importe lo que ya
ha sido, el resto
de los tiempos, el orden
más aparente que...
el resultado:
rendirse ante las cosas
como son, a su
inerte movimiento, para
sostener o, al menos,
tapar el vacío.
"Encima de la luna
está el reino de lo divino
y abajo el que es
humano y demoníaco.
Del éter a la tierra
el cuerpo se hace
cada vez más pesado".
(No cree, en el fondo,
en un corte neto.
La negación le resulta
mientras que sepa elegir.
Pero los límites pedidos,
las vendas en los ojos
y en la memoria...
No puede interesarle
la acción que pretende
iluminar el mundo
y finge y calla por una
supuesta verdad,
por la fe.)
El largo corredor
no recibe luz.
Hay lámparas de neón y bancos
a lo largo de las paredes
y radiadores bajos.
Carteles pintados
por todas partes,
entre los que resalta:
no gregarios sino
sujetos de la historia.
"Ocupaciones principales,
a lo mejor no habéis
nunca pensado, de todas
las órdenes sacerdotales
venían, sí, todos los días
a preparar el almuerzo
para los dioses
y luego comerlo".
Reducir adelgazarlo
en progresivo afinamiento
y luego dejarlo irse
a fondo, bancarrota
y que así sea. Pero...
no es tal vez ésta
la vía, tampoco.
(Teme que, quedándose
en posición de defensa
frente a tantas cosas,
no se consiga decirlas
tal como son
y que se pueda hacerlo
solamente dejando, tras de sí
y tras ellos, el campo abierto.)
Excelentes productos
"... sí, las máximas sublimes promueven para la vida". el Ministro de Instrucción Pública
No somos nosotros que logramos cambiar las cosas según nuestros deseos, paulatinamente es nuestro deseo lo que cambia. Marcel Proust
"¡Cuidado! Camina,
no pierdas tiempo.
¿Los hiciste los deberes?
¿Terminaste de estudiar?".
"Y bueno...".
"No andes dando vueltas.
No te hagas la tonta".
"Ufa".
"No te portes mal".
"Sí, parece un fantasma
a estas horas".
"El casco de una nave".
Luz en el espejo y mango. Pero
en el opaco fondo del armario,
abarrotado y en sí arrebujado
inanimado, amontonarse en pliegues
de cándida ropa lavada,
en cintas rollos serpentines
sobre la seca madera contrapeada
maloliente en astillas rechinantes,
como ataviado de fiesta
y preservado intacto en el trayecto
inmóvil envuelto en celofán
contraído,
despojo sustrato palafito
de fórmulas y de figuras vanas
de modos replicantes de competiciones,
envoltura vacía
globo arrugado desinflado
revoque despegado capa
sin escorias deshuesada,
de sí lleno y contento, que...
pero vuela en el viento
hincha resopla se retuerce
monstruo grifo cometa
paño quilla de fantasma,
leche pálida perlácea
blanco luz,
de cera blando cuerpo
cogido dejado.
"... el empeño, al confiarle
la nueva gente, la admonición,
la exhortación del poeta:
temple de los jóvenes intrépidos
el confidente ingenio".
La tienda está seca
por el polvo,
de los vidrios sucios
la luz pasa a las paredes
llenas de grietas.
"A veces me pregunto
qué es lo que hacemos".
"Parece que escapara
lo que creías encontrar".
(... sed lex. La disciplina
es pues indispensable.
Si los soldados no obedecieran
al general en la campaña,
la derrota en el caos
sería inevitable.)
Amarillentas cuelgan
las lámparas del techo
y los bancos cojean
con los asientos marcados.
"... el sentido está en coger
despegar, arrancar.
Se dice de flores y de frutas,
de abejas que chupan el polen.
De quien goza de la vida
pero también de quien está agotado.
Transcribir, al margen, las voces:
carpo carpsi carptum carpere".
"Te dan ganas de estar
en otro sitio, entre tanto".
"... que todo corra y pase,
para ti, rápidamente".
Telas de araña cubren
las polvorientas rejillas
de enormes termosifones
herrumbrosos.
"Hablar de algo
que siempre se ha dicho".
"De libros, que luego
nadie ha leído".
"... no, que no alcanza.
No hay que ser perezosas.
Tema: Haciendo oportuna
referencia...".
... están todos de acuerdo
que el mundo ha cambiado
y que estudiar se ha vuelto
el problema número uno
para la juventud.
Hoy con las máquinas
y el progreso de la ciencia,
el ignorante está perdido
en la moderna civilización.
... de nosotros
cuando seamos grandes
qué será
qué no será de nosotros.
El tiempo apremia cada vez más.
... para encontrarnos un día
cómodamente, espero,
en el mundo en que viviremos.
"Lo he visto, sabes, ayer
saliendo de la escuela".
"Salúdelo, deténgalo,
dígale una palabra".
En el suelo, bultos oscuros
de lana y de pelo
levitan a cada paso
a lo largo de las paredes.
"Razonar con ellos
no me es posible".
"Cada quien se guarda
sus propios pensamientos".
La pizarra está volteada
contra la pared.
El negro de la lámina
perdió su nitidez
y el polvo de la tiza
se acumula en los bordes.
Polvere pulvis polvere,
nimbo de polvo.
Polvo en donde trazar
el signo lábil.
In solem et pulverem
producere doctrinam.
Polvo y sombra.
Punzar pulverizar sacudir
del cono de luz en fermento
al mezclarse en torno
de la apertura de la puerta.
Molestia y peso abandonados
al soplo caliente del aire.
En polvo ese grano
que fuera el principio.
En polvo ese grano
que obstruye el mecanismo.
"Parece raro, entiendo
cómo es, y un cierto tedio
domina la lectura. Pero
es cuestión de tiempo únicamente,
sí, doy mi palabra...".
En la sombra del aula
detrás de las otras, en el fondo,
se peina y ríe.
"Creía que a mí sola
me pasaban ciertas cosas".
"Hasta que un día otra
te lo dice".
"¡Qué tiene que ver! El punto,
afronta la cuestión
y de los datos que recuerdas
traza el cuadro exacto
de la situación".
(...factor decisivo
para la formación, siempre,
del carácter moral.
Que el joven discípulo
reflexione y que no se exima,
en el proceso educativo,
de la contribución
que es esencial.)
"Quédate en casa. Es mejor.
¿Dónde es que quieres ir?".
"Adonde se me da la gana".
"Que no tengas que arrepentirte,
aquí tienes quien te quiere".
"Y eso, ¿qué tiene que ver?"
Afuera, el mundo es malvado,
qué puedes saber tú...".
"Quiero verlo con mis ojos".
"Aquí nada te falta".
"No encuentro semejanzas
con lo de los autores".
"Tal vez es gente rara,
muy lejos de lo nuestro".
Algo escriben de prisa
en el cuaderno, y ríen,
y luego lo releen.
"... toda intención, la voluntad,
en la inminencia de un acontecer.
Incluso destinación, necesidad.
¿Comprendéis? At tamen fiet
quod futurum est".
Apoya el mentón
sobre su hombro y ríe.
La sombra es más densa
durante la clase.
Desde el paño y la sombra
imperceptible avanza,
sostén y espectro
indicio leve aparición,
la larva lechosa
de aquello que será.
En la sombra quedarse
como suspendido
a divisar la luz.
Sacudirse rehacerse
en el estado lento del contacto.
Dulce licor eléctrico
savia disuelta.
Anuda y desanuda en sí
empuja y afianza
el oscuro deseo,
sentido de un evento
que no ocurre jamás.
"... la regla? Veámosla
aplicada y, entonces sí, habréis
fijado a fondo la lección".
"Por cómo me mira sé
lo que quiere de mí".
"Me alcanzaría con que una vez
dijera que no está seguro".
Se trenza el cabello
y bajando la mirada
a intervalos deja caer
la estilográfica en el banco.
Padre potente
albedrío precepto
señor que toma
que maneja los hilos
que mueve y que sostiene
dominio y licencia.
Padre que está ausente
sol lejano
oficio ignoto
enigma que acosa
distinto y extranjero
límite término fin.
Padre resplandeciente
pensado soñado
llevado de la mano
guerrero regresado
poco dispuesto a quedarse
a jugar a hablar alguna vez
papito papá.
"Es aquí, estudiando
aprendiendo las reglas del juego,
como lograréis saber
y consolidaros en la vida".
"No saben qué decir,
unas pocas palabras".
"Repiten aún las frases
que siempre escuché".
"No pienses más. Te sientes
mal: cansada, agotada".
"No, estoy bien... Es
asunto mío. No te entrometas".
"Todas manías. Ya verás cómo
con una cura te pasará".
La madre sonríe
entre juegos de palabras,
en el sol que de tarde
se estanca en el polvo
de los bancos.
"Ella es toda para la escuela
esa niña".
"Está bien, para una mujer,
tener ciertas nociones".
"Para mí, antes que nada,
vale la disciplina".
En el aula profunda,
entre el grupo incierto de figuras,
mira a su alrededor
con aire de complicidad.
"Son chicos y quieren
certidumbres para el futuro".
"Ya verá usted también
si tiene hijos un día".
"... no quisiera decirlo, pero
está de lo más bien
con ella, se lo aseguro".
"Es una niña todavía.
Con todo lo que se ve
hoy en el mundo".
"Le digo siempre
que no se exponga".
"Que no se meta
en ciertas cosas".
Pocas palabras de prisa
y una risa seca,
mientras la luz se ahoga sucumbe
tragada por el techo.
"Es un problema,
sí, de sensatez.
Hágame caso:
lo que cuenta,
permítame que se lo diga,
es la experiencia".
Madre matriz
cascarón del que se libra
la entraña
vulva oscura caverna
anacarada concha
forro vaina.
Madre madrastra
nudo alambre
maroma cuerda
cabo de cable
amarra caña hilo de cobre.
Madre madrina
palo que tiene la base
de la serie puntal
varita conductora
remo barra timón.
Aspar con el hilo
tender quebrar
desenredar el envoltorio.
"¿De qué sirve?
Es un ejercicio práctico
sumamente natural.
También el solfeo
es aburrido repetitivo,
pero si quieres
aprender a tocar..."
Se abre la puerta
y entra un bedel
con la circular.
(... no sólo garantía
de paz para Europa,
sello de eterna conexión
de vidas y destinos,
en una historia sola
y una misma cultura.
El sueño de Mazzini...)
"Le gustaría, a veces,
que yo repitiera sus palabras".
"Busca la familiaridad,
para controlarme".
"Me da asco... sin
hambre. No, no me gusta".
"Come, que te aprovecha.
¿Qué habéis hecho en la escuela?".
"Cuándo... ¿Esta mañana?
Nada, ufa. Tonterías".
"Cómo nada. Y pórtate bien.
Resopla, sí, pobrecita".
"Como siempre, todo lo mismo.
No me gusta, no quiero".
"Traga, sentada derecha.
¿Lo haces adrede? Ven más cerca".
"¿Qué condiciones, pues?
Cómo, cuándo, por qué...
No puedes ignorar el modo
y no saber las razones".
La clase está oscura:
de los globos opacos
las luces bajan sólo
hasta la mitad.
"... a lo mejor
incluso más hermoso.
Buscad, para entender,
la fórmula exacta de decir".
Abre el cuaderno.
Mira la compañera
y lee sin respirar.
"La vida es una pelota:
la hundes y vuelve a flotar".
"La vida es vagabunda
y anda sin intención".
"La vida es agua sucia.
Es todo y no es nada".
Vida viviente estado
patente latente
acción función
diafragma de la nada
desde la nada
músculo diástole.
Vida vagando estado
incitando inhibiendo
acción razón
nexo cadena
músculo sístole.
Vida fluyente estado
estancado corriente
acción escisión
parte mezcla meznada
combinación.
"Sabe, el programa...
Hay un plan superior.
Nada nace de nada".
"Hasta la vista, pues".
"Buenos días, profesor".
La hilera de los percheros
rotos, a lo largo
del corredor. Papeles
y colillas, en el suelo.
"Lo habrás notado,
tú también, que es raro".
"De a poco, te vas sintiendo
así, en parte, distinta".
Crecida que lleva
que dobla desarma
de orilla a orilla
que baja que salta.
Onda que envuelve
descarga y extiende
que vierte que funde
que crece
disipa recoge
reúne.
Flotando fluctuando.
"Es un mar grande
que se navega cada día".
"Hasta que encuentres
algo de tierra firme".
"Vamos, apurémonos
que es tarde".
"¡Es tarde, un cuerno!
Con lo que nos espera...".
"Quién sabe que no falte
alguno esta mañana".
Fuera del cuerpo
Hay en el hombre una tendencia natural a alejarse del cuerpo y a reprimir en sí mismo sus funciones.
Jonathan Swift
Tiene nuestro cuerpo ese defecto, que cuanto más se le prodigan curas y comodidades, tanto más descubre necesidades y urgencias
Teresa de Lisieux
"De modo que todo
sería un gran error".
"No sé si es casual
o un plano superior. Pero,
claro, en el defecto y
en el dolor".
Lo desconocido retrocede
un paso y avanza
al infinito.
"O por lo menos la impresión
de un olvido... No sé,
de ahogarse".
"Que se caiga hasta el fondo
perdido el horizonte,
y desaparezca".
Parece que no existe
en el mundo una historia
que faltan contornos
definidos, que todo
sucede, desde cierto punto
de vista, por inercia
o por presión de un vacío
que adquiere espacio y movimiento
en la prosecución de los días
hasta que se colma.
"Ten cuidado, claro,
adonde vas. Sigue la pista
sin ceder ni confundirte,
Y no vale que te equivoques
menos aún con lo conocido.
Porque el misterio
real está por cierto
en lo que se ve".
... y no se pierde
mas tampoco se conquista.
Es vacío es nada
el chapuzón no termina
sombra de sombra
mantiene
el cuerpo no sube
voz desde el agua
empuja
de sí a cada uno
estrecha
la parte que se asoma
y disimula el resto sumergido
cose los lados
a los bordes de la apertura
inventa la forma
que llega y no regresa
dentro sangre y fango
en ser deshecho
y arriba desde el fondo
solo de cabeza
allá en lo más profundo
inter
urinas et feces
bajo una luz cansada
por gasas e instrumentos
afuera a flote
nascimur.
En el ámbito
de la teoría,
identidad (¿la mía?)
resultado
casi de registro civil.
Vida: estado de
confusa situación,
intento de relación
entre un hoy
en vano organizado
y lo que ayer se tejió
ineludible trazado.
Escarnio de gestos
e intenciones,
convenio de palabras
vivido y no aceptado.
(No se reconoce
ni joven ni viejo,
no sabe si es hermoso
o feo. Se
considera un estorbo
o bien desaparece
casi del todo).
Controles, demoras,
esperas sin fin
antes de dar
por fin el salto.
...así la vida en la caída
rápida, encima
de esa ola...
"Hasta saber
que luego, allá,
no hay más orilla".
Es el borrarse
progresivo de lo
querido o conocido,
las cuentas que ya
no están cuadrando. El
margen cada vez más
delgado, a medida
que se abren hendijas
y vacíos en las filas.
"Por otra parte, es
natural la insatisfacción
que te acomete".
... por lo que
has pensado
o en el recuerdo
de lo que ha pasado.
(Es que no ama
el paisaje natural
sino mirado
desde afuera
del escenario,
desde un adecuado observatorio
por poco que se pueda
presidiado.)
"Como si debiera
mejorarla".
"Porque, en efecto,
es siempre defraudante".
Como señal de fuga
o de ausencia, de lo
podrido o de lo oscuro,
del reino perdido
recién reconquistado,
del cerdo que se hincha
y es degollado, del
montón de nieve
que se deshace en nada.
(Obsesión de lo sucio,
resbaloso, oscuro.
Las arañas, lo terrorizan
solo con verlas,
los insectos.
La idea de un contacto
le corta el respiro,
es como si golpeara
contra un muro.)
"Le pasa a mucha gente.
Con la ilusión, sí,
o la esperanza
de una solución".
A veces se pueden
encontrar esos pasajes:
túnel, corredor
entre adentro y afuera,
entre lleno y vacío.
Pozo, cono de volcán,
precipicio. Desfiladero,
así parece, de frontera.
...la mirada fija
en lo desconocido, el tono
descuidado, el impulso
incontrolado de unos
labios rojísimos
en la cara de cera.
Un soplo que alienta
en cada cosa,
un condensado de
vahos y sustancias
en descomposición,
un hálito de muerte
que se deposita
en lenta húmeda
fermentación.
"Mire, será
como usted dice.
¡Pero qué aburrimiento!"
(... no obstante el ambiente
haya hecho que prefiera
la discreción y le
haya impuesto ese poco
de buen gusto,
vicios burgueses.)
Lo más fastidioso
es que ocurra incluso
cuando no estamos,
y en tanto metidos
adentro de otra historia,
ni nos percatamos.
(Lo sabe, que le gusta
- tal vez por su modo de ser
tan cerebral -
que ella se tenga los zapatos
al menos uno, ése
de taco alto
que lleva consigo:
tocarlo, por lo pronto,
sentir que lo pisotea.)
Es un raro sentido...
"Vamos, rasguña
con las zarpas!"
de apresamiento y poder,
para tenerla en sus manos.
El estado de placer
es estar quietos
siguiendo con los ojos
a alguien que se mueve
a lo lejos.
Con el gusto, sí,
con el tacto y con la
vista, con toda la
cabeza, manos, labios
y piel... en fin,
con el cuerpo pero
afuera de su
cuerpo.
(Unidos, aún
y siempre, en la escena
que se hace realidad.
Está donde el médico,
con él traiciona
a su marido.
Es la camarera
con la que se entiende
cuando sale
la señora.
Propenso él y
lista ella, los dos
recitando la comedia.)
Es la parte dicha
y al decirla violada,
la que cuenta.
Es lo consagrado
lo que por instinto se vuelve
objeto de blasfemia.
...tigre, ella, muerde
y araña. La lengua
ya se desliza.
Te quiero mía,
fiel a mí y totalmente
dependiente.
Disponer de tu vida
toda,
sin medida.
Aunque sea contra
la razón, aunque
lo sienta como
traición, por miedo,
y una violencia.
Será lo que será.
Será la molestia
de alguna interferencia,
efecto del amor
que no puede tomarse
todo, pero que
impide la renuncia.
Necesidad de presidir
un flanco, con la
consecuencia de
resistir sin estar
enteramente dispuestos
a la adhesión. Y luego
el peso escéptico
frente a la evidencia
que te asalta, de que
de todos modos todo
está siempre destinado
a acabar mal.
"¿Se puede lograr
escribirla, sí,
encontrarla... la verdad
presumible de las cosas?"
El caballero blanco
alto, irrepetible
singular.
Ocurre sin planes
por una suma
incalculable
de fuerzas en el campo,
la sorpresa, la ocasión
de otro itinerario,
bajando desde espacios
más lejanos,
la intersección
en ese mismo punto.
Pero siempre sin
tiempo ni modo
ni siquiera de
establecer conversación.
(Es un lugar éste
en el que ya ha estado
y en el que estará
quién sabe cuántas veces.
Si no estuviera ella,
sería otra
a hacerle eco.
Está aquí la solución
más bien imprevista
cínica y cruel,
en la admisión de que
la escena pueda
cambiar de actores
y que se digan
con la misma convicción
las mismas cosas
a más de una persona.)
"Parecía de tal modo que,
no sé, para siempre...
decisiva".
"En una eterna,
hubieras dicho,
conexión".
Moviéndose, se sabe,
se invierte la perspectiva.
Y estando quietos
no se podía entender
que era una cuestión
solamente relativa. Es
el movimiento, sí, que
pone en relación
con las cosas y...
actualiza lo distante
y vuelve vacante
lo cercano.
(Sucede de pronto,
dentro del túnel
en el aire muerto
que arde en la garganta.
Cada vez
que acaba de pasar...
Sin embargo, no, no vale.
Ni que recuerdes,
ni que te anticipes.
Golpea en el muro
y allí se da cuenta,
dentro del recorrido
mismo y ciego
- espejo de sí
de un despojo suyo -,
de lo que ha sido
de cómo, en el fondo
y contra sus deseos,
él ha cambiado.)
Así, espontáneamente,
cada uno pretende
ocupar el lugar
que no tiene. La parte
que le ha sido dada se diluye
frente a la otra
imaginada.
...la carga suave.
Cae, no obstante, la pluma,
como plomo en el abismo.
De pronto, la idea
de un vacío, sin movimiento,
de la nada, de la ausencia
de un signo o de una huella,
congela la sangre y
hace temblar manos y voz.
En el punto extremo y
ya no más lejano:
en las bocas del río,
a un paso, a un palmo
de la frontera, quién está
o qué cosa... que me salve
del salto, de la condena.
"Así, desde lo alto
me rebajé a un acuerdo".
"Con la ilusión del
perfecto compromiso".
No obstante, y entre tanto,
rendidos a la evidencia
de ir navegando
a la deriva.
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